jueves, 27 de diciembre de 2012

PURPLE WEEKEND 2012




Debido a que llevo meses y meses sin internet, mi reseña sobre el Purple Weekend 2012 llega unas semanas tarde, pero no quería quedarme sin mencionar nada acerca de este fantástico evento.



"Hemos venido desde Madrid para ver un concierto de Gentleman Jesse"


Lo que nunca me habría imaginado, ni hace cuatro años cuando me hice con su primer disco, ni esa misma mañana, es que esa misma frase se la estuviéramos diciendo a ellos, a los mismos Gentleman Jesse y a sus hombres, a la salida del hotel donde nos estábamos quedando nosotros... y también el grupo. Y no era para menos, cuando realmente ibamos al Purple Weekend para ver su primera actuación en España, la primera actuación de los reyes del power pop actualmente, de uno de mis grupos preferidos, de quienes, a diferencia de otros grupos a quienes en algun momento he venerado de la escena de garage actual, aun no me han decepcionado ni un poco. Los dos discos que han sacado son una maravilla, y el mérito realmente es que era verdaderamente dificil mantenerse al nivel del primero. Y en Leaving Atlanta, quizá no pudieron superarlo, pero si hacer otro disco redondo, manteniéndose fieles a su estilo pero no calcando la misma fórmula, sino añadiendo un poco más de rabia, madurez, y unas letras que calcaban la decepción y la rabia, entre otros, a la perfección. Como leí en una reseña sobre ellos hace poco, Leaving Atlanta es como el Darkness de Bruce Springsteen: pesimista pero con ansias de salir adelante, a pesar de las adversidades.



Los trescientos kilómetros que hicimos para llegar parecían nada para el cambio radical que vivimos al pisar León. El ambiente navideño, las vespas y las parkas inundaban la ciudad, no se veía otra cosa. Gente de todas las edades: mods con sus hijos pequeños bailando los Nuggets, tiendas de discos con todos los Back from the Grave y la discografía completa de los Monks, cerveza barata y tapas de calidad... viniendo de Madrid era como estar de visita en el paraíso, lo cual hacía aun más especial nuestra visita al Purple Weekend, que tenía un claro objetivo.




The Kik



El cartel de este año era una maravilla. El jueves habían tocado The Kik, una banda holandesa de beat con riffs pegadizos, fáciles y melodías contundentes, muy british invasion con una fuerza extraordinaria... que cantaban en holandés. Lo que a priori es un handicap enorme, deja de serlo al descubrir la calidad tan grande que tienen en directo, lo divertidos que son, y la gran puesta en escena que tienen, con dos guitarristas intercambiandose el papel de frontman y metiendo al público en el concierto, animándonos a cantar, sin excederse en palabrería, haciendo que ninguno de los espectadores pudiéramos parar en ningun momento, incluso deleitándonos con una versión del Soon You'll be Leaving Me de los Roulettes (en holandés también, alucinante) que hizo que me enamorara de ellos al momento. Luego vinieron los Rezillos, y qué decir de ellos... un directo brutal, corto pero intenso, con el único pero gran fallo del sonido, y eso que estabamos en primera fila.

Después de los conciertos de ese día, hubo un "allnighter" en un pub cercano, donde estaban bailando The Kik trajeados, y Gentleman Jesse and his Men a pocos pasos de nosotros, tal y como siempre he imaginado que ocurre en cualquier pueblo de Estados Unidos, en sitios como Memphis, o Atlanta, o Boston, donde hay bastantes grupos de garage y es posible encontrar a algunos de sus componentes bebiendo cerveza a tu lado (o sirviéndotela). Privilegios de que no haya enormes masas de fans persiguiendo a nuestros grupos preferidos.

Unas tapas, litros de cerveza y algunas compras y, casi sin darnos cuenta, ya llegaba el segundo día. Antes de marcharnos, saludábamos al guitarrista de los Rezillos que se estaba quedando en la misma planta de nuestro hotel, como si lo conociéramos de siempre. El primer concierto fue de Bart Davenport con un grupo de Barcelona, "Biscuit", que interpretaron un disco de The Jam, el Sound Affects. El grupo era bueno, y Davenport no tenía una misión sencilla, pese a lo cual estuvo a la altura, pero no soy muy amante de ese disco. Aun así, el directo impecable.




Y luego, por fin! Gentleman Jesse aparecía con su preciosa Rickenbacker y sus hombres se preparaban para empezar. Por fin, después de cuatro años esperándolos estaban aqui. Abrieron con Leaving Atlanta y alternaron temas del disco nuevo (casi todos) con los del primero. Se notaba que no eramos los únicos que estaban ahi por ellos: el público estaba eufórico, el recinto estaba lleno. Y no era para menos, es imposible que alguien haya salido defraudado, la espera mereció la pena, estuvieron a la altura de las expectativas, ya que tuvieron un directo brutal, con un setlist planeado a la perfección. Y en persona son geniales. No podía haber sido mejor.



Después le toco el turno a los cabeza de cartel del día, los Mockers, que reaparecían tras cuarenta años, con un nuevo disco en los brazos. Desgraciadamente, me decepcionaron ligeramente: muchos temas del disco nuevo, mucho homenaje, mucha emoción, muchas palabras que en mi opinión, acabaron con el climax que habían alcanzado Gentleman Jesse y Bart Davenport. No había escuchado los temas del disco nuevo, pero había demasiados errores en los clásicos, sonaban bastante oxidados. Quizá es algo que se solucione con más conciertos.


Y ahi acabó nuestra odisea. No vimos a Roky Erickson por una cuestión de presupuesto, quizá algo imperdonable y de lo que nos arrepintamos en un futuro. Pero ya tendremos otras ocasiones, porque visto lo visto... el Purple Weekend is here to stay!