sábado, 16 de julio de 2011

Eighties

"La colaboración entre el actor Anthony Michael Hall y el director John Hughes fue la más prometedora desde la de James Stewart y Frank Capra". Stanley Kubrick.



Teniendo en cuenta que mi siguiente parada en el proyecto sureño es Florida y esta quiero hacerla bien, hago un receso mientras estudio cómo voy a hacerla para hablar de otra cosa.

Justo cuando estaba en mi último año de colegio, llegó a mis manos "El club de los cinco", una peli mítica y típica del canal cinemanía. Fue entonces cuando me adentré verdaderamente en una época que años atrás había rechazado totalmente, tachándola de hortera, decadente e hiper comercial: los años ochenta.
Durante esa época casi todos mis grupos preferidos habían empezado a experimentar con los sintetizadores y la música electrónica, y yo no entendía cómo grupos como Yes, Rush o David Bowie, se podían ver tan, tan atraídos por esa estética y ese sonido, y cómo cambiaban radicalmente (y a peor) su estilo por ello. Después empecé a adentrarme un poco en el post punk y la new wave, conocí a ABC, Spandau Ballet y, supongo que por sobredosis de M80 y lo repetitivos que se ponen, empezó a atraerme algo de ese estilo que años atrás jamás me habría imaginado escuchando.

Respecto al cine, me pasó algo parecido. El club de los cinco fue la primera película que vi de John Hughes



The Breakfast Club (1985)

Cinco chicos eran castigados un sábado en el instituto por distintos motivos. Cada uno identificaba un perfil típico que se ha seguido utilizando en las comedias americanas de adolescentes: El deportista guapo, la pija, el rebelde, la freaky y el empollón. A pesar de sus diferencias, todos ellos están unidos por el archinémesis: el director del colegio, pero también por las dificultades por las que pasa todo adolescente: la presión social, la soledad, la aceptación de los padres... La historia puede ser un poco inocentona y previsible, casi como un cuento de hadas moderno, pero también entrañable y divertidísima.




Sixteen Candles (1984)

Un año antes salió Dieciséis Velas, otra de John Hughes en la que repetían Molly Ringwald (la pija) y Anthony Michael Hall (el empollón). En esta historia, en la vispera de la boda de la hermana mayor de la familia, todos se olvidan del 16 cumpleaños, tan sumamente importante para los adolescentes americanos, de la hermana mediana (Molly Ringwald). Creo que me gustan tanto las peliculas de John Hughes porque me sentía identificada con Molly Ringwald, o más bien, yo quería ser Molly Ringwald. Un poco outsider, siempre creando dramas, y enamorándome del chico más chulo, guay y menos conveniente (Matt Dillon), pasando totalmente de aquellos con quien tenía más cosas en común y a los que interesaba (Anthony M. Hall). También interpretan John y Joan Cusack, y como curiosidad, los Stray Cats tocaban el tema principal de la peli.




Pretty in pink (1986)

La siguiente es La chica de rosa, entonces repetían Ringwald y Hughes. Esta es mi peli preferida de la epoca, la que he visto hasta la saciedad. Creo que lo que más me llama la atención de estas pelis no es que me sintiera identificada o adorara tanto a Molly Ringwald durante mi adolescencia, sino también la estética tan excéntrica de los ochenta. El coprotagonista, Jon Cryer, se convirtió en mi amor platónico (otro loser que se enamora de la protagonista, y que es muchísimo más guay que el príncipe azul, pero que siempre acaba siendo "sólo amigo"), sobre todo por aquella mítica escena en la que bailaba Try a Little Tenderness de Otis Redding en la tienda de música. Yo me habría quedado con Jon Cryer, pero en fin...

Me dejo en el tintero muchas otras películas divertidísimas, mucho más polémicas que American Pie y todas estas comedias de adolescentes que salieron a finales de los años 90 y mucho más auténticas, más naturales, porque para empezar, los actores aparentaban la edad que se suponía que tenían. Estas son Ferris Bueller's Day Off (con Matthew Broderick), Say something (increíble John Cusack), Fast Times at Ridgemont High que por cierto, volví a ver hace poco y me gustó incluso más que la primera vez, Una chica explosiva... ¡hay tantas! y especialmente Pump Up The Volume, que a pesar de ser relativamente tardía (89 o 90) sigue una linea parecida. Con Christian Slater de protagonista, relata perfectamente todas las inquietudes, miedos y desencantos típicos de los adolescentes, aparte de tener una banda sonora con joyas como una versión de Bad Brains del Kick Out The Jams, Love Comes in Spurts de Richard Hell and the Voidods o Everybody Knows de Leonard Cohen.

Como curiosidad, se cuenta que en la vida real, al principio Anthony Michael Hall y Molly Ringwald se llevaban fatal. Pero empezaron a hablar de música y se dieron cuenta de que tenían muchísimas cosas en común y empezaron a salir. Lo que digo, una historia de amor perfecta.

lunes, 11 de julio de 2011

GEORGIA: Allman Brothers Band


State of GEORGIA: The Peach State



THE ALLMAN BROTHERS BAND





The Allman Brothers Band fue uno de los primeros grupos en definir la identidad y el sonido del rock sureño. Los integrantes del grupo eran músicos con experiencia (Duane Allman fue guitarrista para, entre otros, Eric Clapton, casi nada). Desde el primer álbum sonaban con una contundencia y precisión sorprendente para ser un debut, y si no hubiera sido por la temprana muerte de Duane (1971) y la del bajista Berry Oakley un año después, estoy segura de que habríamos podido disfrutar de muchas más joyas que las que tenemos.
A partir de 1972, a pesar de que cambiaron de formación y siguieron sacando discos, nunca fue lo mismo. Por eso me centraré en la primera etapa de los Allman Brothers, que es la que conozco mejor.

La formación original sacó tres discos de estudio: el homónimo (1969), el Idlewild South (1970), un directo llamado At Fillmore East (1971) y Eat A Peach (1971), que estaba aun en proceso cuando murió Duane. El Idlewild South es un discazo, toca todos los palos: rock y blues de base, algo de jazz (In memory of Elizabeth Reed) e incluso gospel (la que abre el disco, Revival). La que probablemente sea la canción más conocida del grupo, Midnight Rider, está en este disco. Además, incluye una versión del Hoochie Coochie Man buenísima, de verdad. La fuerza que desprende con sus dos baterías es increíble.

A pesar de lo bueno que es el Idlewild, el disco que ocupa un mayor lugar en mi corazón es el primero. Como dije antes, es un disco debut alucinante. Para mi, el sonido de los Allman Brothers estaba ya definido desde este primer momento. Si por algo se caracterizan es por la mezcla entre el rock and roll primitivo y el blues, algun experimento con el jazz, el fantástico slide de Duane Allman, la voz rasgada de Gregg Allman y los duelos entre las dos baterías.
El album se abre con Don't want you no more, un cortísimo pero tremendamente magnético instrumental bluesero que reparte la atención entre los solos de teclado y de guitarra. Pero la parte más atractiva de este tema es el final, el tempo se ralentiza para, sin pausa, abrir paso a It's not my cross to bear (desde el fondo de mi corazón, esta es la mejor transición entre temas que he oido en mi vida), que aun siendo de los menos impresionantes o innovadores es de mis temas preferidos del disco, y todo esto por la característica voz de Gregg Allman y la sensación de desdicha y el final explosivo. Es emocionante. Continúa con Black Hearted Woman, el tema que mejor demuestra la solidez del grupo y su compenetración, quizá con el riff (tocado por dos guitarras que tocan exactamente lo mismo) más pegadizo del disco. Trouble No More y Every Hungry Woman, otros temas parecidos al anterior: una base blues, dos guitarras tocando el mismo riff, y un protagonismo absoluto de la guitarra de Duane en los solos. La batería que abre Trouble No More me encanta. Dreams es el tema más largo del disco, y el más experimental. Es aqui donde juegan con el jazz, lo mejor: el solo de Duane, vaya slide.
Si algo malo tengo que decir de este disco (y de paso, también del Idlewild South) es que es demasiado corto. Y así cierra el disco mi tema preferido, Whipping Post: abre el bajo, entra la batería, la guitarra, su hermana, la torturada voz de Gregg, el teclado y la magia. Quizá el tema más sureño, tanto melódica como líricamente, y mi debilidad: el mejor bajo del disco.

Me ha resultado bastante complicado hablar de este grupo y de este disco, es un grupo bastante complejo, y quiero expresaros lo mucho que me gusta y lo buenos que son de la mejor forma posible. Espero que os guste este disco.

jueves, 7 de julio de 2011

CALIFORNIA: CCR

CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL




¿Qué hace Harrison Ford ahi en medio?




Muchos consideran a Creedence Clearwater Revival un grupo de rock sureño. Pero los más puristas piensan que más que eso, son un grupo de rock and roll, o country, o incluso swamp rock.
La verdad es que es difícil encasillar a CCR en un estilo. Para empezar, son del norte de California, aunque por el tipo de música que hacen y las letras no lo parezcan. Pero ejemplos como The Animals o como aquellos grupos de garage americanos de los que hablaba el otro día que sonaban más británicos que los mismísimos Kinks nos demuestran que las fronteras en la música son fácilmente rebasables.

Así como las influencias de CCR son perceptibles, la influencia de ellos sobre el rock sureño es incalculable. La reconocible voz de Fogerty, que aun sin ser perfecta me parece bastante limpia, sencilla, potente, masculina. Las letras sobre una vida dedicada a trabajar, sobre zonas rurales, sobre la carretera... Y en algunos casos, sobre malos augurios o mala suerte. Los riffs pegadizos y animados, las dos guitarras complementándose a la perfección. CCR renovaron el rock and roll.

Tuve problemas para elegir un disco a comentar. No podía decidirme entre Bayou Country y Green River, que eran mis opciones principales, pero después de escucharlos varias veces de nuevo, decidí apostar por Green River.
Si elegí entre estos dos fue para analizar su influencia sobre el rock sureño que surgió después (los Allman Brothers sacaron su primer disco el mismo año en que Bayou Country y Green River salieron a la luz, en 1969). Pero la verdad es que podía haber comentado cualquiera, porque sus cinco discos de estudio son perfectos, y aun habiendo alguno más flojillo que otro, ese tiene uno o dos singles que siguen poniéndose hoy en día a todas horas y que ya son verdaderos himnos.

Green River es, por tanto, el tercer disco de estudio de Creedence. Elegí este porque es el que finalmente define su sonido. Tanto el primer disco como el Bayou tienen tintes más experimentales, algunos temas extensos, sonidos un poco oscuros. Aunque la oscuridad y algo un poco macabro forma parte tanto de la lírica como de la música de CCR por lo general.

Green River abre el disco, con un riff pegadizo, facilón y distendido, típica canción de carretera (qué buen ojo tienen los del GTA San Andreas que la pusieron en la radio de rock. Cada vez que la oigo empezar me acuerdo de la voz del locutor). Commotion es un tema acelerado, histérico, uno de mis preferidos del disco. Creo que me gusta tanto porque en lo primero que me fijo, a lo que más atención le presto en una canción, es a la parte rítmica (por ello toco el bajo), y en esta canción tanto la batería como el bajo están fantásticos.

Tombstone Shadow fue uno de los temas por los que decidí comentar este disco. En mi opinión, uno de los temas que mejor sienta las bases del rock sureño. Una base simple country/rock/blues, una guitarra que cobra todo el protagonismo en la canción con un primer solo corto pero intenso y un segundo solo de dos guitarras que es impresionante. Wrote a song for everyone es una balada sureña encantadora. Bad Moon Rising, a pesar de lo alegre que parece, siempre la recordaré como una canción escalofriante, porque era la canción que estaba escuchando el protagonista de El Resplandor (libro) cuando estaba yendo hacia el hotel. Bastante apropiada como aviso. Lodi es un tema más lento y melancólico, tanto la música como la letra (que por cierto, es mi canción de karaoke). Cross-tie walker sigue la línea general del disco, pero Sinister Purpose me llama la atención, es mucho más pesada que el resto de las canciones y con una tonalidad extraña. Es raro, pero por alguna razón el riff me recuerda a los primeros discos de Kiss. Para finalizar hay una versión del Night time is the right time que no está mal pero que habiendo escuchado la versión de los Sonics parece poca cosa.


Después de haber comentado este disco me he arrepentido, le he dado mil vueltas por si habría sido mejor haber comentado el Bayou. Pero es que todos los discos de Creedence son dignos de comentar, podría dedicar cincuenta entradas a Creedence, pero bueno, esto es sólo una previa y puede que en el futuro comente alguno más.

domingo, 3 de julio de 2011

USA! USA!

Desde siempre he admirado la cultura musical y cinéfila de los Estados Unidos. La mayor parte de los discos, películas, e incluso libros que más me gustan son de ahi, y mi sueño siempre ha sido recorrerme Estados Unidos, con un mapa exhaustivamente estudiado y detallado, por todos los sitios que he visto en las pelis, desde el Nueva York más sucio y peligroso de Malas Calles hasta el "east egg", más sofisticado y moderno de El Gran Gatsby en Long Island. Es extraño, pero por esta obsesión alguna vez me he sorprendido a mi misma cuando me doy cuenta de que, por a saber qué razón, sé cuál es la capital de Carolina del Norte pero no sé dónde está Elche (ahora ya lo sé).

Y antes de mi último examen de procesal penal (de ahi la nota que saqué), se me ocurrió imprimir un mapa de Estados Unidos y hacer mi gran proyecto.

Todo empezó cuando pensaba en algunos grupos de garage rock de finales de los sesenta y en lo difícil que es algunas veces diferenciar entre un grupo americano y un grupo británico de la misma época. Muchos de los grupos americanos tiraban más hacia la British Invasion de los sesenta y grupos como los Beatles, Gerry and the Pacemakers o the Fourmost, y es bastante reconocible; otros grupos ingleses tenían influencias fortísimas de blues y de rock and roll puramente americano, como los Stones. Y, yo, de forma inocente y pretenciosa, pensé en coger mi mapa de Estados Unidos que parecía tan pequeño en un folio y clasificar los estilos de rock que más me gustan año por año por territorio, para ver dónde se concentraban los focos más importantes en cada momento.
Cuando me di cuenta de los miles de grupos que había que colocar, por ejemplo, en el garage de los sesenta, no sólo había un foco localizado sino grupos dispersados por todos los estados, me di cuenta de que yo no podía hacer esto, porque para empezar, me quedan miles de grupos y respectivas influencias que conocer.

Asi que después de pensarlo bien, pensé aparcar el garage de finales de los sesenta y centrarme en algo más sencillo. Como llevaba una semana volviendo a escuchar rock sureño, se me encendió la luz y pensé en hacer mi recorrido centrándome en un género (rock sureño), una época (finales de los sesenta - principios de los setenta), los grupos más representativos y los que más me gusten, alguna rareza, y conocer las principales influencias. Esto último lo hago porque quiero poner a The Band (que encima son de Canadá) y a Creedence Clearwater Revival (que son de California y aunque yo creo que sí son rock sureño, no todos piensan igual), entre otros.

Sé que mi plan piloto es un poco caótico, friki y realmente no tiene mucha utilidad, pero me servirá para seguir investigando, descubriendo grupos, y para seguir alimentando mi obsesión por conocer Estados Unidos y los pueblos donde mis grupos preferidos se crearon. Y lo haré aqui, no sé aun cómo, puede que elija un estado y un día hable de los grupos de ese estado, o no, no sé, pero si a alguien se le ocurren ideas o recomendaciones, o un grupo concreto, que me lo diga, cualquier cosa me vendrá bien.